Las caricaturas de Aragonés también se burlaban de las relaciones internacionales y monárquicas de Franco.
El Viejo Franco piensa en Juan Carlos como el nuevo Rey de España para seguir liderando su régimen de oligarcas, militares y la Iglesia Católica. Mientras tanto, un trabajador sigue esperando una democracia liberal.
Franco está vendiendo naranjas en varios idiomas, lo que indica que está vendiendo España a cualquiera que quiera comprarla, incluso a los países comunistas.
Una caricatura menosprecia las intenciones de Franco de entrar en la Unión Europea. Un viejo Franco, vestido con su uniforme militar, monta un caballo demacrado hacia la Unión Europea. El caballo tiene los ojos vendados y las moscas que zumban a su alrededor esperan su muerte inminente. El caballo moribundo lleva una pancarta que dice "Libertad de Prensa". Está claro que será difícil llegar con este caballo. El suelo yermo contrasta con la corpulencia de Franco.
Franco está sentado en el regazo de Papá Noel, quien le dice a Franco que no obtendrá la Comunidad Económica Europea sino un boleto a la luna.
Una caricatura de tres paneles. En el primer panel, el tío Sam le da dólares a Franco; en el segundo, Franco se los da a Castro y compra azúcar; en el tercero, Franco es el mejor amigo de Castro y Jruschov. El tío Sam está pensando "Un leopardo nunca cambia sus manchas".
Un franco bajito patea a un tío Sam alto en la rodilla, lo que provoca sudores fríos. Las medallas de honor del uniforme militar de Franco caen al suelo con la fuerza de la patada.
Francisco Franco se viste de bailaor y cantaor de flamenco al son de Nikita Khrushchev, John F. Kennedy, Charles E. Bohlen que son sus admiradores, y le envía flores.
La Comisión Internacional de Juristas entrega a Francisco Franco su informe titulado El imperio de la Ley (1962) que incide negativamente en la entrada de España en la Comunidad Económica Europea.